Y perdiste querido amigo. Ella no está, decidió partir y cambiar todo por unos cuantos sueños de adolescente.
Perdiste y no hay alguien que te consuele, que llore a tu lado, que entienda tu lamento, que sepa lo que sientes. No hay alguien que escuche tus canciones, que llame de mañana y sea cómplice en tus mentiras. Sonidos en el cielo, ésta vez no son buenas noticias. Perdiste querido amigo, no somos uno ésta vez; fuiste tú quien decidió dejar de lado mis consejos y enterrarse vivo contemplándola. No habrá alguien que memorice tus poesías, que entienda cada historia y complazca tus caprichos. Que sea tú frente al espejo y te haga soñar despierto; que sea tu mundo, tu cielo y tu infierno.
Y perdiste, y eres sólo tú. Con cadenas y candados, con silencio alrededor.
Y perdiste querido amigo, no podrás mirar el mar sin recordarla, porque las historias siempre andan entrelazadas y se repiten, como un círculo maldito. Porque solemos perder, casi consecutivamente. Suelo también escuchar su voz y sentirme tonto, quizás tanto como tú. Pero, ésta vez eres tú quien debe anda peor; porque perdiste querido amigo. Ella eligió, decidió lo más fácil, lo que siempre quiso. Lo que realmente amó y nadie dirá algo al respecto. Nadie se atreverá a comentarlo, porque lo que sucede en la vida no tiene que interesarnos hasta que ésta diga "adiós". Nunca algo importa, a ella no le importo.
Perdiste querido amigo. Duele mirar mi reflejo, duele ser la sombra, duele haber caído. Ésta vez no habrá respuesta.
Sólo suenan letras en mi cabeza.
jueves, 18 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)