sábado, 26 de diciembre de 2009

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No debía decir su nombre, me lo habían prohibido mis amigos. Ellos sabían mis historias aunque no con detalles y misterios, alguna vez guardé relatos entre mentiras para no sentirme tan estúpido. Estuvimos fuera de la historia real por mucho tiempo, nadie se dio cuenta hasta que supimos que era obvio para el mundo. Bebimos un poco y decidimos no hablar hasta el día siguiente. Nunca más dijo palabras en italiano, ya no tenía importancia, era ella en su mundo de canciones sordas y yo en mis letras de cabeza sin sentido. Un adiós que no se oyó y al día siguiente hice el amor con su peor enemiga. Nunca lo sabrá, o quizás se lo diga entre dientes; eso recomiendan los malditos.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Mi deseo está muerto

Aún no entiendo como pasó, te vi al abrir la puerta y bastaron unos tragos para entender que no me ayudaría encontrarte nuevamente. Entre historias que escribí en secreto te mantuve escondida, tenías que saberlo y no lo pude negar. Caminamos por calles miraflorinas y en palabras logré ocultar mi temor por besarte, con alcohol en la cabeza pude engañarme y sentirme aún más superficial, entender que las cosas eran de una manera y debían de ser así. No hice nada más, mi silencio se hizo nada cuando te vi llegar. Semana tras semana entendí que algo más debía de suceder y no es que trate de ser optimista, en más de una oportunidad he creido que ésto lo he vivido antes. Pero, eso no tiene nada de malo. Ambos somos concientes que es bueno pecar cuando se quiere y mentir cuando es inevitable. Una noche decidimos dormir juntos, aunque realmente nunca firmamos un contrato al respecto. Despertamos desnudos y cubiertos con las sábanas nos preguntamos que tanto había sucedido. Nos reímos y entre ruidos de placer confesamos muchas cosas. Minutos, horas, tú andabas inconsciente, yo tratando de desnudarte saboreando tus labios y mirándote a los ojos aunque no te dieras cuenta. Diciendo verdades que de seguro ninguno de los dos recuerda y esperando que el reloj ande lento, muy lento. Una canción sonó al besarte, de algo estaba seguro cuando nos encontramos. Noches atras estuvimos sin dormir, nos contamos historias y entre sueños te enteraste de mis vidas. Es probable que nada sea cierto, que haya dormido y despertado. Que no existimos, que nunca te besé y que no pecamos entre dientes. Que confesé que me encantó jugar contigo en la cama y verte dormir. Es probable que no era yo, que no fuiste tú. Que los días fueron tontos como mis ojos, que mi vida se perdió como de costumbre y que sonaron de fondo canciones que me recuerdan a tus zapatillas. No sé como lo tomes, si es que lo tienes presente, si es que sólo lo anotaste o fue algo para ti. Yo no puedo mentir, la respuesta la guardaré entre muchas otras historias. Nunca te dije que hay más de una canción que trae tu nombre a mi cabeza, no por nada perverso, créeme. Aunque luego de conocer a tus amigas podría relacionar cualquier cosa con su dulce sonrisa.

Ella no sabía nada, andaba callada por quién sabe donde. Caminando sin sentido, perdida entre lienzos y anclada en recuerdos pasados. Me encantaba cuando tenía los lentes puestos y aunque los escondía entre trapos llenos de tequila, fueron ellos los culpables de que alguna vez mire una foto suya más de diez segundos. Tu miedo porque algo cambie, mis ganas por desaparecerlo. Tus risas a medianoche, mis cuentos de madrugada. Silencio al decirte adiós y hacer que algo pase de nuevo, algún día.. quizás, quizás.