Cuando el amor se acaba, empieza otro de inmediato, te guiña el ojo derecho y me dice mi nombre al oído.
Inicia la llovizna de verano, la mentira escapa de su boca, el silencio es parte de los sueños y no cantan los pajarillos en la mañana.
Hoy descubrí todo esto, hoy entendí que soy el culpable de su inconsciencia, de tu egoísmo y de tus malas palabras.
Hoy me ahogaré en sus caricias olvidadas, de sus versos sin rimas, de sus pinturas, de sus canciones y de su voz ronca.
Deja vu cuando miro su cinturón rojo, sus tacos en punta, su peinado antiguo y sus labios sin labial. Ella parece mi profesora de colegio, parece mi sueño de niño, pero es mi pesadilla de adulto.
Prefiero decirle adiós.
miércoles, 21 de diciembre de 2011
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