jueves, 28 de agosto de 2008

Aun escuchando tus letras

No había nadie después de todo, yo cerré la puerta hace un instante y ninguna de esas personas puritanas llamó a mi casa a confirmar si estaría para aquel día. Supuse que no les importaba, suerte la mía que no aprendieron mi nombre. Ultimamente he buscado un poco de peligro en eso que se llama placer de media hora, fumando y tomando un poco de café... tal vez falte algo más que una sonrisa del amor de mi vida o una canción que ya no existe en esa bitacora que recibí de obsequio. Es cierto, soy un ciego cuando se trata de temas relacionados a mis sueños e ilusiones compartidas; mi egoismo termina perturbando mis neuronas y no me deja razocinar. Felizmente esa señora de más de 50 sonrió y me dejó ir, sino capaz ni la hubiera podido ver. No tengo amantes ni amores, eso lo tengo claro. Recuerdo haber dicho algo similar cuando tenía menos años, era un puber; si es que esa palabra existe. Lo que trato de decir es que mi sentido común y mi "pensar" sexual era muy poco evolucionado a comparación de los años que la vida me ha dado. Uno siempre termina siendo un caos interno y sin darse cuenta se convierte en un abismo de esqueletos vivos, vacíos y sin fuerzas, inestables e incluso muchas veces débiles y tontos. He negado tantas veces cosas como esas. Cuando escucho sus letras mi espalda se va contra el primer asiento que encuentre y mis ganas por producir videos y alojarme en cualquier habitación se vuelven vulnerables a su antojo; es que sigo siendo bastante cruel conmigo mismo. Yo no entiendo cosas de ancianos y menos de niños. Sin embargo muchas veces respondo como ellos y me involucro en sus temas como un espectro más que camina sin saber a donde es que va. Ultimamente estoy siendo tan soñador como el día que escribí mi primera canción, fue con guitarra y no con cajón. Insisto, no tiene ritmo, parece una balada llena de cumbia. JaJa! Acabo de encontrar una maleta delante de mí. No pretendo abrirla, si fuese un sabueso ya la hubiera olfateado lo suficiente para adivinar lo que lleva dentro. Es negra y de cuero, de esas que llevan los profesores a las escuelas. Quizá me sirva para mañana ir a trabajar. Por ahora, es tarde.. programaré el televisor como todas las noches y tendré en cuenta que con tres horas en la cama con ojos cerrados no se puede llegar a reposar lo suficiente para permanecer de pie un día completo. Bueno, así es mi vida.. no quiero oir más sus letras.