¿Alguna vez pensaste que no tocaría tu puerta nuevamente? Pienso que tus errores terminaron cuando salí de la casa y también de cada centímetro en su ropero, porque tengo razón; ese closet con olor a naftalina fue siempre el lugar propicio para todas tus tonterías y pérdidas de tiempo. Odio mirarme al espejo.
Sueno tan extraño cuando lo hago y converso con quién sabe qué cosa. Dejé de ser humano y me convertí en algo de carne y hueso solamente; busco diariamente definiciones a mi realidad, si es que así la puedo llamar. Y como contaba en un inicio, la puerta sonó nuevamente, no fue el timbre ni el ruidoso intercomunicador; sino esa madera vieja que mil veces le dije a mi madre que hay que cambiarla -algún día robarán viejita! y ese día yo no te quiero ver llorando, te lo vengo diciendo hace meses! no esperes a última hora-. No imaginaba quien era, nunca compramos el famoso "ojo mágico" como para ver quién tocaba con tanta insistencia. Abrí y me encontré con un rostro conocido, no lo veía desde secundaria; había dejado esos recuerdos dentro de un cajón con llave.. ¿quién tendrá la llave? Me dijo -Hola, puedo entrar? realmente estoy bastante apurada; para ti, ya no tengo tiempo como antes- fue doloroso escuchar algo que sonaba con tanta cólera. Pero por qué lamentar, ella siempre fue así; orgullosa, creída y perfecta -según ella claro está-. La mire a los ojos y balbuseando le dije -adelante, estás nuevamente en tu casa; lo que sí esta vez no te lleves ni dejes algo- y sonriendo le abrí completamente la puerta. Su infaltable sonrisa hipócrita hacia los presentes y una carcajada interna ante mi manera de ser seguían en ella. En ese momento me dije -oh dios! qué estoy haciendo, y ahora ¿quién podrá ayudarme?- hubiése querido esperar al chapulín colorado, pero la tenía adelante mirándome con cara de "estoy apurada papito!". -Y bien, ¿qué me quieres decir?- le contesté a su estúpida pose, y seriamente me dijo -Partiré a un lugar, muy lejos de aquí, no te puedo decir donde queda- Sonreí, siempre con sus chistes y bromas de mal gusto. Por supuesto que entendía su misterio, ese tonito con el cual mencionó cada palabra me resultaba más que familiar. Le dije -está bien, por única vez pretendo acompañarte.. pero estoy seguro que en el camino nos separaremos-
Dos meses después:
Hace tanto frío aquí, y pensar que me contaban otras historias en el colegio. No puedo describir este lugar, hay mucha gente, ella no está.. no recuerdo en cual paradero se quedó. Yo sigo caminando entre esta multitud que se dirige a un concierto de un grupo de metal.. Iron Maiden parece.. ¿Dónde estoy? ¿dónde estás? debí de quedarme en casa, acá las monedas son solo sellos y mi vida es muy espumosa. Aún continúo mintiendo, es cierto.. ella bajó mucho antes.
============
"estoy sientiendo nuevamente esa catarsis al momento de escribir prosa.. poco a poco, por mientras estas cosas.. palabras, lineas.. sentido o no.. pero bueno, sigamos calentando."
Sueno tan extraño cuando lo hago y converso con quién sabe qué cosa. Dejé de ser humano y me convertí en algo de carne y hueso solamente; busco diariamente definiciones a mi realidad, si es que así la puedo llamar. Y como contaba en un inicio, la puerta sonó nuevamente, no fue el timbre ni el ruidoso intercomunicador; sino esa madera vieja que mil veces le dije a mi madre que hay que cambiarla -algún día robarán viejita! y ese día yo no te quiero ver llorando, te lo vengo diciendo hace meses! no esperes a última hora-. No imaginaba quien era, nunca compramos el famoso "ojo mágico" como para ver quién tocaba con tanta insistencia. Abrí y me encontré con un rostro conocido, no lo veía desde secundaria; había dejado esos recuerdos dentro de un cajón con llave.. ¿quién tendrá la llave? Me dijo -Hola, puedo entrar? realmente estoy bastante apurada; para ti, ya no tengo tiempo como antes- fue doloroso escuchar algo que sonaba con tanta cólera. Pero por qué lamentar, ella siempre fue así; orgullosa, creída y perfecta -según ella claro está-. La mire a los ojos y balbuseando le dije -adelante, estás nuevamente en tu casa; lo que sí esta vez no te lleves ni dejes algo- y sonriendo le abrí completamente la puerta. Su infaltable sonrisa hipócrita hacia los presentes y una carcajada interna ante mi manera de ser seguían en ella. En ese momento me dije -oh dios! qué estoy haciendo, y ahora ¿quién podrá ayudarme?- hubiése querido esperar al chapulín colorado, pero la tenía adelante mirándome con cara de "estoy apurada papito!". -Y bien, ¿qué me quieres decir?- le contesté a su estúpida pose, y seriamente me dijo -Partiré a un lugar, muy lejos de aquí, no te puedo decir donde queda- Sonreí, siempre con sus chistes y bromas de mal gusto. Por supuesto que entendía su misterio, ese tonito con el cual mencionó cada palabra me resultaba más que familiar. Le dije -está bien, por única vez pretendo acompañarte.. pero estoy seguro que en el camino nos separaremos-
Dos meses después:
Hace tanto frío aquí, y pensar que me contaban otras historias en el colegio. No puedo describir este lugar, hay mucha gente, ella no está.. no recuerdo en cual paradero se quedó. Yo sigo caminando entre esta multitud que se dirige a un concierto de un grupo de metal.. Iron Maiden parece.. ¿Dónde estoy? ¿dónde estás? debí de quedarme en casa, acá las monedas son solo sellos y mi vida es muy espumosa. Aún continúo mintiendo, es cierto.. ella bajó mucho antes.
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"estoy sientiendo nuevamente esa catarsis al momento de escribir prosa.. poco a poco, por mientras estas cosas.. palabras, lineas.. sentido o no.. pero bueno, sigamos calentando."
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