miércoles, 26 de agosto de 2009

No soy bueno

Habíamos acordado no comprometernos, a ninguno de los dos nos gustaba ese tipo de cosas. Lo teníamos claro: nunca andar de la mano, no jugar a hacernos cosquillas, no besarnos en público y tampoco salir a bailar. Muchos que sabían nuestro secreto nos criticaban. Yo por mi parte negué toda circunstancia comprometedora, ella siempre supo que mi vida privada, era mía; con defectos, errores y un kilo de problemas... siempre sería así.
A veces coqueteábamos en público, ambos sabíamos que no era nada especial. Tampoco tocábamos el tema, vivíamos enamorándonos a escondidas. Sin embargo, muchas cosas que ella dijo me terminaron confundiendo... empecé a malinterpretar las cosas, a encontrarle sentido a andar juntos y ella por su parte, hacía lo contrario. Sólo reía sínicamente y decía que mi mente era demasiado autodestructiva.
Yo no intentaba nada más, andaba contento con lo que había conseguido hasta ese momento; nuestra vida sexual bastante agitada nos llevaba a meternos en terrenos de sólo placer. No siempre es lo mismo, nunca fue lo mismo. Yo mencionaba a cada rato la hora, esperaba que ella sea quien se acerque y cuando lo hizo, efectivamente. No fue lo mismo.
Me tuve que alejar, ella también. Entramos en problemas, la palabra compromiso nunca debió asomarse por nuestras cabezas; nuestras almas estuvieron en paz hasta ese momento. Finalmente, fui yo quien se tuvo que retirar. Me fui, lloré varios días. Algunos me contaron que ella estuvo aún peor. No soy bueno para esas cosas, nunca lo fui. Es más, creo que nunca lo seré.