jueves, 19 de noviembre de 2009

Peter Parker y Mary Jane

"Después de todo eran la pareja perfecta, sonaba el celular y ella detrás mirando quien llamaba, los celos presentes; amor, amor le decían mis padres."

Ella estaba comprometida, Mary Jane era una chica tierna, dulce, con inocencia en el rostro y sus alrededores. Era linda, actuaba desde muy pequeña en obras de teatro y cantaba canciones en inglés con los ojos cerrados. Sus sueños eran trozos de vida perfecta, caminaba y el viento pedía permiso para soplar; a lo lejos Peter, Peter Parker. Él se enamoró de ella desde el momento en que la vió entre cuatro paredes y pizarras viejas. El amor había iniciado. Hay momentos en que negar las cosas dejan de ser una mentira para convertirse en una verguenza. Mary Jane había planeado su matrimonio al año siguiente, quien alguna vez fue el mejor amigo de Peter, era el dueño del corazón de Mary. Los problemas no empezaron, porque jamás alguien tenía por qué pensar algo fuera de lugar. Hablaban en las noches, salían a escondidas, reían entre dientes y se miraban disimuladamente cuando andaban delante de los demás. Ambos sabían que eran los únicos dueños del circo, las jaulas estaban cerradas y no había nada de que preocuparse. Todos siempre le preguntamos a Peter Parker si realmente sucedía algo con ella, si estaba enamorado; le ofrecimos nuestra ayuda. Le recordamos en más de una oportunidad sobre el compromiso que había iniciado años atrás Mary. Él negó todo, mencionó que eran muy amigos, que sentía muchas cosas por ella y en el fondo era la mujer perfecta para él. Pero el amor no es una buena medicina contra viejas heridas. Él nos pidió que lo dejáramos en paz, su conciencia le decía que las cosas andaban mal. Recuerdo haberle mencionado a Mary varias veces lo mucho que significaba Peter para nosotros, ella también negó cualquier circunstancia. Por ningún motivo su novio podía enterarse de sus secretos. No habían regalos, no habían detalles, sólo eran besos ocultos y palabras de amor entre rejas y monitores; nadie lo sabía. Ambos soñaban con desaparecer, partir muy lejos y amarse por siempre. Él le juro amor eterno, le dijo que no debía casarse, que su relación no tenía sentido. Mary Jane lloraba constantemente, era consciente de las palabras de Peter. Él tenía razón; ella estaba comprometida, pero no enamorada. Sólo no quería fallarle a su novio pues su vida entera sacrificó por andar juntos. En las noches Mary y Peter se despedían con un "adiós", se miraban dos segundos y cada uno tomaba su rumbo. No eran amantes nocturnos, tampoco matutinos. Las horas en el amor no existen, son parte de costumbres demagogas. Pasaron los días, las semanas.. Peter no aguantaba más, debía decidir entre el escándalo o alejarse por completo. Mary lloraba más que nunca, le pedía que no haga nada, que iba a casarse y nadie tenía por qué ir contra sus planes. Tratamos de convencer a Peter de que la olvide, le contamos el cuento del "clavo que saca a otro clavo" y muchos teoremas de la vida. Un día, él le dijo "te amo". Ella se quedó callada, sentía lo mismo, pero el miedo pudo más. Su silencio acabó con la paciencia de Peter, repitió y espero que ella cambiara de opinión. Ninguna palabra salió de su boca, Mary sólo se limitó a mirar el suelo fijamente, sin ni siquiera pestañear. Era tarde, la vida es una y las oportunidades se presentan  solo una vez. Peter se fue dejándola confundida, reconocía su error, nunca es bueno entrometerse en una relación, enamorar a alguien comprometido. Pero, hubieron momentos felices que nunca serían olvidados.

Pasaron los meses, ella no se casó. Aún andaba enamorada de Peter, confirmó que su vida era un desastre desde que él se alejó y la melancolía era su refugio todas las madrugadas. Al poco tiempo se encontraron, él estaba casado. Fueron a un café y se contaron historias, se leyeron cuentos, fábulas y refranes. Hicieron el amor y se mintieron llenos de sudor, se amaron eternamente y decidieron no verse nunca más.

Y así fue, Peter y Mary; mis grandes amigos... la vida pudo más que ellos, su miedo por perder, sus ganas por amarse; pero nunca nadie supo su secreto, una aventura inolvidable que acabó.. o quizás aún no... sólo ellos lo saben.